Sobre un riguroso lienzo
que adereza el atardecer
resurgieron momentos desde el ayer
elevados al convencimiento del creer.
Intenté trascribir una torre,
con anhelo,
de líneas planas y rectas,
hacía el cielo,
de fuertes plantas reforzadas,
por el miedo,
de rugosos pilares interiores,
por un celo,
de cimientos rudos adquiridos,
por recelo.
Intenté ser quién nunca fui
y por el fracaso que no adquirí;
nació un yo herido para el nuevo mi.
que adereza el atardecer
resurgieron momentos desde el ayer
elevados al convencimiento del creer.
Intenté trascribir una torre,
con anhelo,
de líneas planas y rectas,
hacía el cielo,
de fuertes plantas reforzadas,
por el miedo,
de rugosos pilares interiores,
por un celo,
de cimientos rudos adquiridos,
por recelo.
Intenté ser quién nunca fui
y por el fracaso que no adquirí;
nació un yo herido para el nuevo mi.
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