"La" con su noche de Halloween

Tranquila,
no padezcas
ni busques una piedra
donde esconder tus errores
incrustados en el cerebro
y que transitan sin sangre.
No busques una escusa
de triste muerto viviente
pues ya lo eres en vida,
ni de calavera
que lo pareces en vista,
tampoco de calabaza hueca
y menos aún de bruja,
pues ya se respiran
en tus podridos ardores
con sus bailes de lechuza.
Tranquila;
se nota y se ve a una legua
aunque no se quiera ver,
aunque se disimule,
aunque se disfrace,
aunque se maquille
y aunque los hechices.
Tranquila,
va contigo,
como la eterna enfermedad
que marca descendencias.

Buenas noches, bruja.
Felicidades en tu día.

Pudieron

Pudieron las secas hojas
reverdecer sin tallos
en aquel campo marchito.
Pudieron las oscuras noches
brillar sin estrellas
entre el cálido cielo interestelar.
Pudieron las mudas palabras
bailar sin acordes
colgadas de su pentagrama.
Pudieron los inertes cuerpos
flotar sin odios
entre gases de neón.
Pudieron los dolidos compañeros
viajar sin traición
flotando en dulces sueños.
Pudieron los frescos riachuelos
brillar como limpios espejos
entre dulces nebulosas.
Pudieron todos juntos
cómo aullidos en la noche
gritar a los cuatro vientos.

Pero nadie se asomaria buscando
donde esa Luna se encontraba;
colgada en el inalcanzable raciocinio
sobre el techo de mi infinito.

Cresol estel

Es remulla a la memòria un record
com cascada que esguita fina pluja
i on s'ofeguen les mirades dels sentits
resorgint els sons en les paraules,
que mereixent-se la blanca llum
en càlid full raspós de paper verge;
moren empresonades cada dia
al cresol passatger d'un raig estel.

"El descubrimiento del conquistador 12Oc"

Cae la noche blanca
en el desierto de las almas grises
sumida al lomo del caballo
de su filo plateado,
allá donde el jugo coloreó
las tierras fértiles
invadiendo con sus crueles mentes débiles,
sin opción a la sospecha
y en el recuerdo;
la sumisión del sentir del más nativo.

Mi ceguera

Su obra ha sido elegida en el IV Concurso de Poesía  “Versos desde el corazón" y formará parte de la antología que llevará el mismo nombre.

Le pregunté a las distancias por su paso,
a los cielos por su techo azulado,
a la tierra por sus raíces de vida,
a la flor por la firmeza de su tallo
y a los mares por su llegada a puerto.
A todos les pregunté sin medida.
Les pregunté por las razones de su amor,
pero siempre nacía en ella la mejor versión
y con el temblor de mis rodillas ante su presencia;
los ritmos en la ceguera de mi corazón.